- Longitud: 17.76 kms.
- Desnivel positivo: 838 m.
- Desnivel negativo: 838m.
- Cota máxima: 856m.
- Cota mínima: 89 m.
El sendero comienza en el barrio del Molino de Agua en el municipio de La Aldea de San Nicolás.
El comienzo es en ascenso por una carretera en tramos hormigonada y en tramos de tierra.
En el primer cruce al que se llega poco antes del km 1, hay que continuar de frente, el otro camino es por el que llegaremos al final de la circular.
Avanzando por la carretera, sobre el km 2, se llega a una explotación ganadera, en la que puédenla haber cabras cruzando el camino y pastando por la zona.
En este tramo se puede ver la carretera abajo a la izquierda, junto al barranco de La Aldea.
Así llegamos poco antes del km 3 a la entrada del túnel. Se puede atravesar para acortar un poco, en mi caso subí hacia un pequeño roque, guiado por marcas blancas en algunas piedras. Desde arriba hay buenas vistas. En ese punto es en el que el barranco de Pino Gordo desemboca en el de La Aldea, por lo que el camino gira de noreste a sureste en busca del barranco de Pino Gordo.

Durante un trecho la pista es llana y cómoda, guiada por una especie de acequia grande para canalizar agua.
Casi en el km 4, nos encontramos ante el bonito palmeral y las casas de Pino Gordo. Cuesta creer cómo en ese recóndito lugar de difícil acceso y sin cobertura, puede haber un grupo de casas, si bien es cierto que algunas de ellas parecen deshabitadas.
Un camino lleva directamente a la más grande de las casas, pero el sendero nos lleva a ingonar ese camino y cruzar el cauce del barranco a la izquierda. Hay una señalización de madera que indica: “Cascada de Sta. Juana” y “L’inagua”.


Pasamos cerca de algunas casas hasta llegar a un conjunto formado por una casa principal, lo que parece un horno, y varias construcciones de piedra que antaño pudieron ser parte de la ampliación de la principal. Esta edificación se encuentra en un promontorio rocoso en alto, con buenas vistas. Un buen lugar para hacer un pequeño descanso y contemplar las vistas.
Salir de esta zona para continuar puede ser un poco confuso, pero con paciencia se encuentra el sendero que sigue junto al barranco de Pino Gordo, dejándolo a la derecha.
El sendero sigue ascendiendo pero de forma cómoda hasta el km 6, donde hay una explanada en la que también hay una casa abandonada y buenas vistas de otro palmeral que nos indica prácticamente el final del barranco de Pino Gordo.

Este tramo también me resultó complicado, el camino aparece y desaparece y aunque los mojones ayudan no todos conducen a donde queremos y cuesta encontrar el camino.
Así se llega hasta el salto de agua al que me imagino que denominan Sta. Juana.
En este tramo sigo intentando intuir el camino y no desviarme demasiado del track GPS. Trepando grandes piedras de fondo de barranco y avanzándotelas lentamente, en un momento dado veo un mojón en lo alto, trepo hasta el mismo, y ahí veo una minúscula senda que me da un poco de tregua y me devuelve a lo que parece la ruta.

En el Km 8 se llega al Barranquillo del Laurelillo, y en sus inmediaciones a la cota más alta de la ruta. Es también el punto más cerca de Inagua. A partir de aquí volvemos a cambiar de rumbo, girando lentamente guiados por el sendero hacia el noroeste.
Este tramo también es bastante panorámico. Se pueden ver los estratos del terreno característico de esta zona, con colores rojizos, amarillos y verdes, que los distintos elementos como azufre o calcio dan a la roca.
También si se mira hacia atrás a la derecha, se puede ver el Bentayga y el Roque Nublo si el día está despejado.


En torno al Km 11, una pequeña montaña sulfurosa de color verde delante nuestra nos indica que estamos en el camino correcto, y entre el km 12 y 13, transitamos sobre una roca de un amarillo intenso que despeja toda duda y nos anticipa el último tramo de bajada.
Los invernaderos y fincas de La Aldea y el mar al fondo nos indican que estamos cerca del final de la ruta. Sin embargo todavía queda el descenso. Al principio comienza a zigzaguear para salvar el desnivel, y pronto las curvas se distancian más, pero sigue descendiendo. El camino se ve claramente. Hay que tener precaución porque hay muchas piedras sueltas pero no es complicado. Sigue siendo bonito por el color cambiante del sustrato y por las vistas que ofrece.
En el km 15 llegamos al final del sendero marcado por un poste informativo, un estanque y un mirador junto al que hay algunos aparatos para hacer ejercicio.
Se continua por la carretera de tierra a la derecha. Pronto caminamos junto a una tubería negra que nos indica el camino, pero hay que estar atento porque en torno al km 16 un pequeño camino a la izquierda nos aleja de la tubería y nos devuelve al primer cruce que nos encontramos al empezar la ruta. De ahí, solo queda deshacer el escaso kilómetro restante hasta el inicio de esta exigente ruta.