Pocos lugares en el mundo reúnen la cualidad de albergar tantos paisajes y tan cambiantes en tan corto espacio. En apenas 15 kilómetros se puede disfrutar del pasado volcánico de la isla, de suaves y verdes praderas en las que las ovejas pastan plácidamente, un pequeño bosque de eucalipto y un bosquecillo de laurisilva en las profundidades del Barranquillo del Brezal.

Es un sendero circular. Así que si se desea se puede partir de Fontanales o del Área Recreativa de Monte Pavón. En mi caso salí desde el mirador de Los Pinos de Gáldar porque me parecía una buena idea tomarme un café mientras veía la salida del sol, y cómo este bañaba poco a poco la caldera sumida en la oscuridad de la noche. En ocasiones, si se tiene suerte, además se puede disfrutar de un mágico mar de nubes cubriendo la parte baja del pinar y las llanuras de Monte Pavón y Galeote.
Es un sendero circular. Así que si se desea se puede partir de Fontanales o del Área Recreativa de Monte Pavón. En mi caso salí desde el mirador de Los Pinos de Gáldar porque me parecía una buena idea tomarme un café mientras veía la salida del sol, y cómo este bañaba poco a poco la caldera sumida en la oscuridad de la noche. En ocasiones, si se tiene suerte, además se puede disfrutar de un mágico mar de nubes cubriendo la parte baja del pinar y las llanuras de Monte Pavón y Galeote.
El camino se introduce rápidamente en el Pinar, descendiendo primero levemente y luego por una zigzagueante piconera. Al llegar al cruce del Lomo Galeote, se toma el sendero de la izquierda y se avanza junto a un rudimentario muro de piedra.

Pronto el pinar cede paso a un paisaje completamente diferente en el que el verdor de la pradera se mezcla con el azul del cielo. Si es un día claro podrá verse Tenerife al fondo.
En este lugar se encuentra tal vez el principal atractivo de la ruta, ya que es un paisaje menos usual en Canarias. Sus leves colinas tapizadas de verde recuerdan más bien a las tierras altas de Escocia o a los paisajes de película de El Señor De Los Anillos.

Si se tiene suerte, se podrá ver la bucólica estampa de rebaños de ovejas pastando y moteando el paisaje de blanco. El sonido de los cencerros guía los pasos hasta las proximidades de la carretera, por la que hay que transitar durante un tramo. Primero hasta el área recreativa de Monte Pavón, y luego hasta el Barranco del Gusano, en el que por veredas del ganado se asciende en fuerte pendiente entre los pinos hasta llegar nuevamente a la carretera.
Nada más abandonar la pradera, se puede atajar un poco campo a través evitando llegar a Monte Pavón.
En varias ocasiones hay que atravesar pequeños cercados, o lugares acotados para controlar el ganado. En estos tramos es importante dejar las rudimentarias puertas que hacen de cerramiento bien cerradas.
Una vez se atraviesa la GC-70, en torno al km 6, se comienza el descenso hacia el Barranquillo del Brezal. El descenso es panorámico y agradable, atravesando un pequeño bosque de eucaliptos.
No pasa mucho tiempo hasta que vemos en el fondo del barranco el campo de fútbol de fontanales, una imagen curiosa ver semejante rectángulo de césped artificial con sus formas perfectas en medio de la vegetación.
El fondo del barranco es frondoso y agradable, sobretodo si la temperatura del día es calurosa.
Con fuerzas renovadas seguimos avanzando. De nuevo atravesamos una bonita pradera verde. A lo lejos los ladridos de los perros y el tintineo de los cencerros ponen banda sonora a nuestros pasos.
Así llegamos a la Cañada De La Hoya, atravesamos un pequeño bosquecillo de helechos, aunque depende de la época del año pueden estar secos.
También es este punto conviene fijarse bien pues en la zona hay frondosas ortigas que pueden darle un disgusto a los más desprevenidos si ponen su piel en contacto con ellas, pues producen una reacción urticante muy desagradable.

Es una ruta recomendable por su variedad. Por su riqueza paisajística y por la belleza de los lugares que recorre.
hacen un trabajo increible,enhorabuena,
Muchas gracias Francisco. Se agradece el comentario y me alegra que te guste. Un saludo!